domingo, 31 de agosto de 2008

MARCHA CONTRA LA INSEGURIDAD EN IGUALA; ILUMINEMOS IGUALA. POR TI; DONDE ESTÉS...

Y el día esperado llegó; es sábado y por la noche se desarrollará la marcha silenciosa en contra de la inseguridad. En algunos periódicos de la ciudad, el alcalde igualteco argumenta que como presidente le averguenza y apena la marcha, y resalta que en su trienio la delincuencia disminuyó en un 30 por ciento.
En las páginas policíacas del día, vemos la noticia del asesinato de un joven de 21 años que vivía en la colonia 24 de Febrero.
Por la tarde cuando son las 18:30 horas, en la Patria Trigarante, apenas han llegado dos familias que participarán en la marcha. Minuto a minuto se van integrando más personas en su mayoría comerciantes: hoteleros, restauranteros, joyeros, maestros, promotores de la cultura, algunas religiosas y público en general, quienes portan prendas blancas y llegan también con velas.
Un automóvil rojo con bocinas en el toldo y una pequeña pancarta con publicidad de un partido político, ha hecho acto de presencia. Minutos después los tripulantes desmontan la minúscula pancarta y la guardan; posteriormente intentan tomar la batuta y con el micrófono llaman a los ciudadanos a integrarse para dar comienzo con la marcha, mientras su candidato que también está presente, se mantiene al margen, cuando son las 19: 30 horas y hay aproximadamente 150 personas reunidas.

Uno de los representantes de las organizaciones participantes, interviene y se dirige a los asistentes para aclarar que la cita era a las 7:30 pm para dar iniciar a las 8 en punto. agregando que el encendido de las velas y el himno nacional, se entonaría a las 20:30 horas en todo México; y eso explicaba el porqué no podían partir aún.
Así pues; en los próximos 30 minutos de espera se duplicó la asistencia de la ciudadanía; playeras con mensajes alusivos a la paz y seguridad, son exhibidas por diferentes grupos de participantes; "Porque vivir sin violencia es nuestro derecho" No violencia, Corrupción, Impunidad, Secuestro" "Eliminemos la violencia entre mujeres y niños" "Unidos; es por ti, por mí, por nosotros" "Por ti; donde estés..."
Un empresario joyero arriba al monumento con una gran caja de velas que son distribuidas sobre todo entre el gremio de los oreros. Minutos antes de la hora señalada para iniciar, se dan las indicaciones y se reitera que la marcha no tiene intereses políticos ni religiosos. También se refiere que no habrá ningún discurso ni antes ni después del evento y se le recuerda a los medios de comunicación a no hacer entrevistas en el trayecto.


En el transcurso de la marcha, la concurrencia se va multiplicando considerablemente, apenas han transcurrido dos cuadras y ya se habla de unas quinientas o seiscientas personas que marchan sobre Bandera Nacional.







Mientras el puntero del contingente se desplaza por Madero y Juárez, después de haber dado la vuelta al zócalo por Constitución, se puede apreciar que los últimos manifestantes vienen entre la iglesia de San Francisco y el Monumento a la Bandera.





















Una vez que se llega a la Explanada de las Tres Garantías, un poco después de las 20: 30 horas y ante la presencia de aproximadamente más de mil personas, se invita a encender todas las velas y a que los niños usen sus linternas. Después se entona el Himno Nacional Mexicano y el estruendo de las cientos de voces presentes, emergen cual estruendo de cañones, sobre todo cuando de las letras del Glorioso Himno, todos pronuncian la estrofa que refiere a "Iguala la enseña querida". Al concluir el himno, alguien grita "¡Viva México" y todos los asistentes responden con un ¡Viva!







Resalta entre los clamores del pueblo, el de la familia del joven Alfredo Almazán, quien fuera secuestrado y asesinado. La señora Celia Martínez, madre del joven futbolista, manifestó al final de la marcha "hoy mi hijo cumpliría 28 años de edad, y esos cobardes me lo quitaron, me quitaron mis anhelos, mis sueños, y todo..."
Como si fuera a propósito, al día siguiente se informa que justo mientras se desarrollaba la marcha contra la inseguridad; al poniente de la ciudad se suscita una balacera que deja como saldo a dos personas muertas y se presume a una tercera como herida y desaparecida, eventos que el pueblo pareciera no concebir ante declaraciones de que los índices delictivos han disminuido.
























jueves, 21 de agosto de 2008

PANDILLAS EN IGUALA

una de las entradas de la colonia E. Zapata
Parte alta de la colonia E. Zapata. Calle Acapetlahuaya
esquina Coyuca de Catalán


Frente a la ESPI, donde se enfrentaban a golpes los pandilleros.




La labor actual de Santos, nuestro protagonista; no se parece en nada a las actividades que desarrollaba en años anteriores cuando era integrante de una de las grandes pandillas que han existido en esta ciudad. Hoy día, Santos es un destacado economista y conferencista que no olvida las experiencias vividas en aquel entonces cuando fue uno de los cabecillas de su banda. Recargado en su automóvil nuevo, estacionado frente al zócalo, nuestro protagonista recuerda aquella faceta de la cual no muestra encono en compartir. Como si fuera ayer, refiere los inicios de la pandilla cuando él cursaba la secundaria, y pululaban en la ciudad pandilleros de distintos barrios. Lo sorprendente es que en la escuela tenían como compañeros de clase, sobre todo en el turno vespertino, a chicos que se relacionaban con tales agrupaciones y en quien podrían apoyarse si uno de los compañeros tenía problemas con ellos. De manera que tenían que tolerar sus insultos y amenazas, porque aunque pudieran enfrentarlos, se exponían a ser blanco fácil de posibles represalias de alguna de las pandillas; Los Tamaros, Los Canarios, Los Kabas, Los Discipulos, entre otros. De manera que con suma frecuencia se armaban trifulcas colectivas en el exterior del plantel y en los que algunos de los amigos del barrio de Santos, resultaban constantemente afectados. Los directivos de la escuela tenían conocimiento de esta problemática, así que; ¿o tenían muy poco apoyo del cuerpo policíaco o ninguna de las partes le dio la importancia al asunto?





No transcurrió mucho tiempo para que alguien en el barrio de Santos, en la colonia Zapata; propusiera integrar una pandilla para defenderse de quienes los agredieran en la Secundaria. Así pues, por acuerdo de la mayoría de los chicos vecinos, comenzaron a fraguar las normas en las que había que cimentarse la coalición. Se intensificó una campaña de publicidad y reclutamiento, comenzando a rotular bardas, se creó una comisión que llevaría el control de las cooperaciones voluntarias para comprar pintura, para tener un ahorro y poder sacar del bote a los compañeros; se cambiaron sobrenombres, se eligió el saludo, silbido y contraseña que identificaría a los "King Cobras" a quienes se unieron jóvenes de la Ampliación Renovación, La Ruffo, La 20 de Noviembre y el Centro.

Los Tamaros Jr. eran una banda liderados por una mujer a quien llamaban "la América" y con ellos surgieron los primeros conflictos, no les convenía la existencia de la nueva pandilla, así que ambas agrupaciones se convertirían en acérrimos rivales.

Las alianzas y traiciones entre bandas fue un común denominador.

Mientras Santos continúa con su historia, un chico de una motocicleta lo saluda, y sonríe de gusto al verlo, pues el joven fue uno de sus contemporáneos en las pandillas. Solo que ahora ninguno de los dos porta los atuendos de aquella época; como lo fueron las bermudas, las gorras, cinturones con gruesa hebilla, incluso alguna navaja. Cuando se trataba de agarrarnos a golpes, llevábamos cadenas, tubos, chacos, y había quien portaba armas de fuego que nunca se utilizaron, pero que otros si emplearon en contra nuestra -recuerda Santos-

Además de nosotros, estaban "Los vigilantes que también fueron la raza e inicialmente los amos de la noche, los cholos, los pachucos, los hembros, los sodas, vatos locos, barrio pobre, etc."


En la colonia no molestábamos a nadie, solo respondíamos a las agresiones de nuestros enemigos -comenta Santos- Sin embargo, para resguardar el orden, se creó un agrupación de vecinos que rondarían el barrio por la noche, pero a nosotros nos respetaban; incluso algunos de los chavos les dieron bajín con sus bicis a dos policías auxiliares. La verdad no se puede andar tranquilo cuando te metes en eso, estás incomodo sobre todo cuando caminas solo o con tu novia, porque una vez que te metías en una bronca, no les importaba con quien fueras, te caían a golpes en cualquier lugar y hora. Las camionetas de la preventiva se regresaban cuando llegaban a la colonia y veían que había trifulca entre más de cincuenta pandilleros. Así que pusimos a trabajar a Campero, uno de los jefes de la policía municipal de aquella época.
Una noche invadimos el zócalo en pleno domingo familiar, éramos como cien jóvenes buscando vengarnos de una pandilla. Estábamos ganando prestigio, a veces nos preguntábamos qué iba a seguir después de eso; a esas alturas, la mayoría de los integrantes estudiábamos en el nivel bachillerato y era común que algunos de los nuestros se liara a golpes en esas escuelas. Esa fue pues una historia que escribimos a ritmo de rap, pues era lo que escuchábamos y bailábamos. El proyecto de la banda lo dejamos desvanecer al tercer año de su fundación; ya no tenía que seguir nada, no nos íbamos a convertir en delincuentes. En ningún momento se trató de enfocar esa propuesta a los adolescentes del barrio, pero ellos crecieron y pretendieron continuar con la banda. Les hablamos y les pedimos que ya le pararan al asunto, o si estaban empeñados en formar su banda, que le cambiaran de nombre. Muchos chavos que se aliaron con nosotros de otros barrios, regularmente portaban cigarrillos de marihuana que escondían en la bastilla de su playera; otros tenían serios problemas con el alcohol, y algunos por la razón que sea, desafortunadamente ya no están entre nosotros -concluyó el ex pandillero, hoy económista que se desenvuelve entre la cúpula empresarial de varias ciudades del país-

sábado, 16 de agosto de 2008

El asilo de ancianos en Iguala -un gris atardecer-









Las tardes en el asilo de ancianos de nuestra ciudad suelen ser tranquilas, a no ser que algunos de los abuelitos refleje gravedad en su salud. Como es el caso de Don Jaimito, quien falleció hace poco; dicen que tuvo hijos pero que nunca los quiso reconocer, y que cuando fue joven viajó mucho a Estados Unidos. Tenía una hermana y sobrinos y todo parece indicar que todavía cobraba su pensión Guerrero, su salud fue empeorando cada día más, pues era diabético, tenía cataratas y fumaba mucho. Con mucha probabilidad lo habrá extrañado durante varios días el Profe, que así le dicen a Don Lucas, ya que fueron compañeros de cuarto. El Profe perdió a su esposa e hija en un accidente carretero, platica que daba clases de psicología y que viajó mucho. Tiene un sobrino que es Licenciado y se encarga de cobrarle su pensión y va a pagar al asilo, y a él le heredó algo de lo que le quedaba.
A don Juanito le dan convulsiones, dice que en una ocasión alguien lo aventó por allá por el cerro de la 24 de febrero. Refiere que tiene hijos en Estados Unidos y eventualmente discute con Don José pues no le gusta que éste se siente en su sillón porque se lo ensucia. Don josé es de la capital del Estado, lo operaron de la próstata y a la larga lo visita su sobrino. Dice que sus hijos lo sacaron a la calle, aunque él demuestra ser muy trabajador, pues antes de agravarse su salud, se levantaba en la madrugada para barrer el patio del asilo.
Doña Rosa tiene un hijo en Estados Unidos, y durante una temporada al año, la viene a visitar. Comenta que en sus tiempos fue la reina de conocida comunidad igualteca y que cuando falleció su esposo la sacaron de su casa. A veces discute con personajes imaginarios y en cierto modo también con Don Jeremias que la quiere conquistar. Don Jeremias recuerda haber sido representante artístico en su época. Nunca se casó pero tuvo dos hijas y ninguna lo visita; admite que está pagando sus errores del pasado.
Doña Marianita es tranquila, buen agente, tampoco se casó; tiene una hermana que vive aquí en Iguala, pero sus sobrinos ya no quieren que viva con ellos, tal vez por sus enfermedades, pues padece un tipo de ceguera.
Doña Lourdes dice que ella era rezandera al igual que su hermana y que ambas aprendieron el oficio desde niñas gracias a su mamá. Tiene varios hijos; refiere que primero se la iban turnando, pero como era un poquito atrabancada, a veces se les salia a la calle sin que ellos se dieran cuenta, y si la escondían gritaba mucho. Ahora tiene más de 100 años y una de sus hijas la visita con frecuencia.

Eventualmente, los abuelitos del asilo reciben visitas de grupos católicos, quienes les llevan regalos. El horario de visitas es muy estricto pues naturalmente que tienen que tomar sus alimentos y medicamentos a una hora especifica. Para el día domingo el horario de visitas es corrido desde las 9 hasta las 18 horas. Ocasionalmente, los abuelitos también son apoyados con la visita de algún estilista o peluquero, quienes se encargan de hacerles un corte de cabello sin costo alguno.
Es claro que no todos los abuelitos que se encuentran en el asilo, pagan por su estancia. De manera que hay un comité que se encarga de buscar apoyos y administrar lo poco que les llega a dicha morada. Ilustrando esta situación, hace poco falleció un viejecito que nadie reclamó; entonces, se tuvo que velar y cubrir gastos funerarios.
En el Inmueble, colaboran algunas personas, que hacen la labor propia de limpieza, cocina, enfermería, etc. y aunque se les retribuye un poco su trabajo, no es remunerado adecuadamente como corresponde, de tal forma que es también mérito para su trabajo voluntario. Y si bien es cierto que algunas cosas que reciben las ponen a venta con un costo mínimo, es precisamente para solventar gastos médicos, de alimentación, de mantenimiento del edificio, administrativos, servicios, etc.
En algunos de los dormitorios se aprecia modestamente acondicionada una recámara; la cama, un roperito, una silla, alguna bacinica e imágenes religiosas. Durante el día, los abuelitos que todavía pueden caminar, se pasean por alguno de los corredores. Mientras otros platican por momentos y ocasionalmente acusan a uno de sus compañeritos por un detalle mínimo.
La espera es larga, en esos ojos que se aprecian cansados, pareciera como si anhelaran la visita del hijo que un día se fue, o de los nietos que nunca conocieron. La mirada parece extraviarse entre las verdes hojas de los arboles de mango que dan sombra al patio y en instantes ya no hacen caso a la llegada de una visita, pues se vislumbra que algunos de los abuelitos han esperado mucho, pero ahora esperan poco de cada día, de cada tarde...


Los nombres de las personas han sido modificados por obvias razones



viernes, 8 de agosto de 2008

CONGESTIONAMIENTOS VIALES EN LA CUNA DE LA BANDERA NACIONAL.






El área del mercado Adrián Castrejón castigada por su afluencia vehícular, el ambulantaje, la invasión de banquetas, el paso obligado de transeúntes, descarga de mercancía, diableros, calles en mal estado y demás; convierten a esa zona en un difícil reto (¿acaso hay retos fáciles?) para quien obligadamente debe transitar por esas arterias tan castigadas.


Desde que bajo por la calle de Morelos, con dirección al mercado municipal, puedo apreciar que pasando Joaquín Baranda comienza el embotellamiento de Carros particulares, camiones refresqueros y pasajeros como los de Tuxpan y Tomatal, que se estacionarán llegando a Salazar justamente a la izquierda.


Dos motociclistas que deberían rebasar por la izquierda, intentan avanzarle por la derecha por dos razones: una porque es el único espacio libre que les dejan los automovilistas y dos; porque tendrán que doblar a la derecha en Salazar, y ante el escenario, hay que elegir el carril con cuadra y media de anticipación. Pasando Manuel Doblado los motociclistas frenan obligadamente debido a un camión cervecero que surte a las cantinas de la cuadra. Cuando finalmente logran salir del atolladero los motociclistas, uno de ellos decide tomar un atajo por la banqueta bajando por la rampa de acceso a una casa, pero no logra llegar muy lejos porque se topa de frente con un triciclo recolector de basura de dicha cuadra, ya que por razones obvias; el de la basura es el único camión que no transita por ahí. Cuando el motociclista reinicia su recorrido, su trayecto se ve obstruido por un anuncio que cierto negocio de celulares coloca sobre la calle; un minuto después (en esta situación el minuto es eterno) el conductor evade el tablero, sin embargo, a veinte metros de distancia se le vuelve a presentar un obstáculo similar de otra tienda de teléfonos, ubicada frente a conocida panadería y taller de bicicletas.


A estas alturas, los conductores de una combi de la ruta perpetuo socorro (las de la franja amarilla) y un camión de la Acatempan (el de Tuxpan y Tomatal vienen atrás) tocan desorbitadamente su claxon debido a que dos combieros que hacen parada al doblar a la izquierda, no respetan el límite de estacionamiento. El camión de la Acatempan ha quedado atravesado en diagonal en la esquina de Salazar y ni el motociclista puede pasar.


Cuando finalmente el camión se estaciona en su sitio, el motociclista vira a la derecha y se topa con un diablero; de manera que deja pasar a la combi de la perpetuo para librar al diablero.


Una señora embarazada que transita con dos niños, obligadamente debe bajar de la banqueta al doblar de Morelos a Salazar (una banqueta con desproporcionado desnivel y con rampa peligrosa) pues la banqueta en la esquina norte no es contínua, y en su lugar; hay un tecorral que contrasta con la modernidad de ciertos espacios de Iguala y que inevitablemente me hace recordar algún capitulo de las novelas de Altamirano o los cuentos de Rulfo. Enseguida del tecorral hay un árbol y un teléfono público, después una tortillería donde normalmente tienen una bicicleta estacionada y así se sigue esa cuadra tapizada de obstáculos.


Media cuadra más adelante, el motociclista detiene su marcha debido a que una camioneta de alquiler está salida casi un metro más hacia la calle con respecto a las demás unidades. Aprovecho y echo un vistazo al sitio donde se encuentra dicha camioneta para confirmar mi suposición; efectivamente, al conductor nada le impide estacionar su vehículo con mayor propiedad.


Al llegar a la esquina con Altamirano, el motociclista espera a que avance un taxi que no puede rebasarlo por la izquierda debido a un puesto ambulante ubicado casi en la esquina con Altamirano. Finalmente, el de la moto dobla hacia la izquierda esquivando apenitas un bache de consideración, mientras yo prefiero dirigirme a la derecha, exactamente frente a la central de autobuses por la calle Altamirano; donde distingo que la combi de la perpetuo está deteniendo el flujo vehícular, debido a que uno de sus compañeros no se pone en marcha y le deja el lugar libre. Del lado de Altamirano se expende ropa interior sobre la calle, así como frutas dispersas en carretillas (mangos, nanches, ciruelas, granadas, cacahuates, plátanos, aguacates) agua de coco, raspados, triciclos donde venden jugos, tacos, algunas motocicletas estacionadas en doble fila y camionetas descargando mercancía. A esto le agregamos la salida de autobuses de la central, la llegada de combis de la 24 de febrero, Sabana, Tonalapa del Sur, Tecuesco, Cocula, Taxis, carros particulares y peatones que tienen que esquivar por un lado a vendedores ambulantes y por otro la mercancía que invade banquetas, además del flujo vehícular. Metros más arriba, caminando hacia Manuel Doblado, se observa la mercancía sobre la banqueta: material de plomería y eléctrico, bases de camas, maniquies y puestos de discos. Atravieso la calle de M. Doblado y prosigue el tianguis de artículos, incluso de papelería, más maniquíes, muebles, ropa que pende de ganchos colgados de cortinas de lonas; de tal forma que los pocos peatones afortunados que caminan sobre la banqueta, lo hacen evadiendo obstáculos para no golpear su cabeza con la ropa. Hay además estacionamientos apartados, tinacos, mangueras, un diablito del que cuelga un letrero anunciando un 15 % en esmaltes. Frente a conocidas ferreteras, una señora hace la parada un taxi para subir unos costales, el taxista hace alto en doble fila, pues el espacio que se aprecia libre para estacionarse, está ocupado por unas parrillas y material de ferretería justo en la calle, obstruyendo toda posibilidad de que un cliente mismo se estacione. Esto propicia que el taxi detenga el tráfico por casi un minuto y continua el caos vial por razones similares durante varios minutos.
Opto por regresarme hacia el mercado, cuando llego a la base de combis de Tepecoa, una combi de dicha ruta está detenida porque espera a que salga otra combi que va a Cocula y Puente Río San Juan, pero a esta última no la dejan incorporarse y la de Tepecoa está obstruyendo también el tráfico. Camino algunos metros más hacia el mercado y lo mismo ocurre en la salida de la terminal de autobuses, en la entrada a la denominada jaula ubicada en la esquina con Salazar, y con la otra base que se ubica cincuenta metros más al sur, donde se estacionan las combis que van a Ahuehuepan, Tecalpulco, Metlapa, Zacacoyuca. Sin quedarse atras las dos bases que están en la calle del Huerto y el acceso al Mercado, lugar donde acomodan costales y cartones sobre la banqueta, obligando a los peatones a bajarse a la calle. Por la calle de Salazar, donde se ubican los taxistas del sitio de la central, observo que dos vehículos están estacionados en batería; un motociclista les sugiere que se estacionen bien y uno de los conductores se encabrita y le reclama, el de la moto lo ignora y el taxista se queda haciendo corajes sin mover su unidad.
Entro al mercado para salir sobre Galeana a la altura de Juan R Escudero, y el asunto no es ajeno a lo que ocurre en otras arterias. En el lugar donde deberían estacionarse las combis, hay además algunos puestos ambulantes donde se vende pan, verduras, semillas, un carro repartidor de gas estacionado, una camioneta resurtiendo pollo; así que los combieros detienen su unidad obstruyendo el paso a los autobuses foráneos y a las demás combis de tantas rutas que por ahí transitan.
Por el lado de Arteaga por donde tienen su base los taxistas que van a Teloloapan, un conductor desea meter su vehículo a su casa, pero uno de los taxis obstruye su entrada y esto detiene también el tránsito. Una vez que el señor del carro particular logra entrar a su domicilio, un taxi que va llegando de Chilpancingo vuelve a detener a los demás vehículos porque la base esta saturada de taxis que llegan hasta la vuelta con Obregón; la misma historia.
Decido dirigirme para Galeana en la esquina con Salazar, donde se supone que no es parada de combis y sin embargo, varias unidades suben pasaje e incluso los mismos pasajeros esperan la combi en ese punto, deteniendo unidades que obstruyen la vuelta para los que vienen de Salazar.
Subiendo hacia el centro; en la entrada de autobuses hay dos camiones detenidos, esperando que en interior se reacomoden o fluyan otros vehículos para dejarles espacio. Mientras tanto, toda la calle de Galeana esta en considerable congestionamiento vehícular por razones señaladas anteriormente.
Me adentro al Mercado, en cuyos límites está saturado de bases de taxis, de combis, de camionetas de alquiler;hay banquetas y calles invadidas por comerciantes y ambulantes, camiones de mercancía, agentes de tránsito y preventivos que le sacan al calor y mejor se van a platicar a la sombra; entre tanto, en el interior del mercado un grupo de señoras le tapan el paso a una consumidora que lleva dos niños; mientras la consumidora hace lo propio por salir del tumulto, una de las señoras corta con una navaja la bolsa del mandado de la ama de casa y extrae el monedero -al menos así lo refería la señora a uno de los locatarios, mostrando su bolsa navajada-. Lo bueno es que ya había hecho todas mis compras y solo llevaba pocas monedas -argumenta la ama de casa.


lunes, 4 de agosto de 2008

Transgresión se presenta en Centro Cultural Tiempo y Espacio


El grupo de poetas ofrece recital

Ambientado con una exposición de pinturas de varios artistas, entre ellos del anfitrión Felix Ocampo, la noche del sábado se efectuó en el Centro Cultural Tiempo y Espacio, una presentación del grupo de poetas "Transgresión" de esta ciudad, en la que compartieron parte de su obra en una velada literaria fuera de contextos, que no necesitó de protocolos ni de las propias formalidades, de manera que el público presente se deleitó y animó a referir poemas propios y de afamados autores.
Los protagonistas del evento, en su mayoría jóvenes poetas, buscan espacios de expresión y apoyos de autoridades correspondientes; y a falta de ellos, agradecen el espacio brindado por el artista Felix Ocampo Manzanares, para que se realizara dicha actividad, ofreciendo de esta manera una forma muy particular de hacer cultura -comentó la coordinadora del grupo Transgresión, Profesora Maricela Arzate Martínez, quien también es vocal de letras del consejo municipal para la Cultura y las Artes-
En la velada que dio comienzo a las 8 de la noche y que se extendió hasta después de las 23 horas, hubo tiempo para disfrutar de la trova del maestro Felix Ocampo y de dos canciones entonadas por el Ing, Carlos Zubillaga, coordinador de la UAG en la región norte del estado.
Poemas de José I. Delgado Bahena, Mar Arzate, Ingrid Yelitza, Israel Herrera , Zel Cabrera, Fernando Antunez, Enrique Barrios, Andrés Ortiz, entre otros; fueron vertidos en otra de las presentaciones del grupo.
Estaremos trabajando para tener recitales más frecuentes, pues estamos conscientes de que si hay gente que le gusta la poesía. Y es nuestro compromiso llegar a ellos y hacer vivo el Arte e inspiración de los poetas -concluyó la coordinadora del grupo Transgresión-