Nadie como tú para despertar mi crítica
y los deseos locos de gente cuerda,
cuales secretos guardados en plica,
emergen a diario por tu efigie cerda.
Nadie como tú para encabritar a los nayos
y provocar protestas al píe del palacio,
para sacarte canas y muchos callos,
por tu actitud inepta en trabajar despacio.
Nadie como tú para asemejarse a mis pichones,
que a cada paso defecan ensuciando,
cometiendo errores como si tuvieras clones,
pues superas el record de alcaldes flojeando.
Nadie como tú en perder la cabeza,
por unas pompis que jamás estrenaste,
cachondo y goloso buscaste la cereza,
en el pastel mordido que un día encontraste.
Nadie como tú de sinverguenza y terco,
al querer regresar a la presidencia,
será por tu pellejo de viejo puerco
o en tu persona ya no hay decencia.
Nadie como tú para inspirar mis escritos,
con pasión y ansia te estoy esperando,
a diferencia de algunos que te aguardan contritos,
otros son firmes en juzgarte gobernando.
Nadie como tú en descuidar las obras,
que el pueblo de Iguala exige de plano,
prefieres ser un Don Juán recogiendo sobras,
desgraciando tu fama hasta en suelo lejano.
Nadie como tú para sumarle adeptos,
a Ángel Aguirre en esta contienda,
tal vez te paguen tan amables gestos
o te expulse el PRI cuando al final lo comprenda.
Nadie como tú...
* Autor: Andrés Ortiz Pantaleón.
