miércoles, 15 de diciembre de 2010

EL SENTIDO DE LA NAVIDAD

Ha llegado el mes de diciembre y con ello, comienzan a manifestarse los elementos propios que hacen de estas fechas días especiales. Para algunos, esta época del año les resulta profundamente triste por el cúmulo de recuerdos relacionados con las celebraciones o por la situación económica, familiar y de salud en la que les toca vivir en la actualidad. Pero en la mayoría de los casos, el común denominador será la preparación minúscula o rebosante de las posadas, convivios, intercambios de regalos, fiestas en particular y las cenas de Noche Buena y de Fin de Año. En todas las situaciones, resaltará la ambientación y adorno de lugares públicos, establecimientos y principales avenidas, así como en los propios hogares; que se iluminarán con series de foquitos que año con año nos sorprenden con nuevos diseños.
Es impresionante ver cómo en algunas casas, se tapiza la fachada y la sala con luces, adornos y con todo lo que le quepa al arbolito de Navidad -por cierto, en algunos casos no se coloca el nacimiento, que es lo que se celebra-. Ciertamente, todos estos ingredientes, ayudan a propiciar un mejor ambiente y nos recuerda que se acerca la Navidad. Sin embargo, esto no tendría mayor relevancia, si nos empeñáramos en pensar, que el hecho de tener más elementos materiales de la festividad, signifique que tenemos así, mayor Espíritu Navideño; como si la alegría nos viniera de de afuera hacia adentro.
Resulta curioso que cada año, encontramos en las tiendas más novedades que superan a las de años anteriores; se innova en la elaboración de adornos y tarjetas. Los mensajes o anuncios en televisión y en espectaculares de las grandes empresas, presentan mejor creatividad.
En contraste; nos sigue costando trabajo aprender a convivir con los demás, a entender el verdadero sentido de la celebración. Una sencilla operación y oportunidad apropiada para la convivencia, como lo es la organización y desarrollo de las posadas, las llegamos a convertir en motivo propio de divisionismo entre los vecinos. Es la única fecha del año en la que tenemos oportunidad para convivir y no nos ponemos de acuerdo o no podemos olvidar ni disculpar, que tal persona nos quedó mal el año pasado con su aportación a la actividad.
Es por eso que en muchos lugares, encontraremos que se realizarán hasta dos posadas en una misma cuadra. De manera que cada grupo competirá por tener mayor asistencia, mejor decoración, más piñatas, más ponche; que si aquí arrullan al Niño y allá no, entre otros. Ojalá y una vez que se elija en dónde se participará y hasta aquí es válido por aquello de que tenemos derecho a elegir nuestras amistades e integrarnos con gente que a pesar de las diferencias, seamos capaces de convivir con ellas; olvidemos buscar protagonismos y todo afán de revanchismo, tratando de conducirnos con la madurez que lo amerita el acontecimiento y sobre todo, respetar la convivencia y diversión de los niños, quienes a fin de cuentas, son los protagonistas de las celebraciones. Pues no hay que olvidar que es precisamente el "Nacimiento de un Niño" lo que celebramos.
Y el hecho de tener una mesa rica de manjares con muchos regalos al píe del árbol, exquisitos vinos y las mejores ropas, no significa que se esté viviendo la Navidad, sobre todo sino se comparte con los menos favorecidos. Si no se reflexiona sobre la situación en la que les tocará celebrar la Noche Buena a los millones de mexicanos considerados en extrema pobreza. Pues ahí es donde se sabe que Dios es pobre y que vino a buscarlos a ellos, en donde se desea saciar algo con lo que no hay, en donde no se tiene voz para decir lo que pasa, cuando los motivos no valen ante una sociedad insensible. En donde se viven situaciones duras y difíciles y se traga el orgullo para dar lo que se puede, pero no lo que se quisiera. En donde no queda otra que tener creatividad para vivir en esas condiciones. Felices Fiestas...
esbozos2911@hotmail.com

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