miércoles, 21 de octubre de 2009

ULIL ANTÚNEZ Y SU PASIÓN POR LA TROVA.

A sus 24 años de edad, Cuauhtémoc Ulil Antúnez Martín, ha tenido la oportunidad de pisar diferentes escenarios para compartir su gusto por la música. Estudió la Ingeniería en Sistemas Computacionales en la ciudad de Mérida, en donde inició con su actividad de trovador, presentándose con algunos amigos en Restaurantes.
El igualteco nos comparte su experiencia que lo fue vinculando a este género musical:
"Empecé a a escuchar trova así como de ahuevo -comienza a relatarnos el joven cantante- mi papá nos hacía que los domingos escucháramos música de Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y los Beatles". A los 15 años me gustaba mucho una morra de la secundaria; yo le pedí que fuera mi novia y me dijo que lo iba a pensar -como todas las morras-. Como a los 4 ó 5 días después, andaba con un wey orejón, que tenía la única gracia de saber tocar la guitarra... y yo dije: ¡Ah! pues hay que saber tocar la guitarra.
Mi jefe ya me había insistido en ello, porque él sabe tocar la guitarra, pero a mí me daba mucha flojera; y ya cuando vi que había bizne con las niñas, me puse a aprender solo.
Lo del canto se fue dando sobre la marcha -refiere Ulil- mi primer contacto ante un público fue cuando egresé del CBTis 56; la psicológa me escucho cantar accidentalmente una canción de Fernando Delgadillo, y le gustó. Entonces me propuso que cantara en el evento de clausura; jamás imaginé subir a un escenario. Toda la generación estaba frente a mí y también sus familiares; estaba supernervioso... esa fue mi primer experiencia musical ante un público.
Posteriormente cuando me fui a Mérida, conocí a un cantante con proyección artística relevante en la región; él me dio la oportunidad de abrirle algunos de sus conciertos en foros diferentes a los que ya conocía. De tal modo que viajé con él en Cancún para estar en algunas tocadas y me contactó con gente del medio. Cuando venía de vacaciones a Iguala, tocaba en algunos lugares a donde invitaba a mi familia y amigos, por ejemplo; en el Centro Cultural Calmecac, cuando había recitales poéticos.
Ya cuando regresé a Iguala -continúa el joven trovador- que fue hace un año exactamente, comencé a tocar en un restaurante que se llamaba La Fuente y luego en un bar; además de las fiestas familiares o eventos sociales y culturales a los que me han invitado.
Me gustan las canciones que tienen un buen contenido literario. Me molesta mucho que hay grupos en el medio que tienen una canción con estrofas que se repiten mil quinientas veces. Tengo muchas ganas de escribir mis propias canciones; de hecho, ya tengo algunas. Mi más grande aspiración es tener un disquillo con todas las rolas escritas por mí y tener a unos compas que se las sepan y las canten conmigo.
Sobre los cantantes que admiro, creo que eso es por etapas; a veces soy super fan de alguien, después pasa un tiempo y ya no me gusta tanto. Pero sin duda a los que siempre digo ¡Ah maestros! son Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Jean Manuel Serrat, Joaquín Sabina... que son los grandes que empezaron con este género y que hasta la fecha permanecen vigentes. Es ese uno de los puntos característicos de este género; no como un grupo de pop que surge, se vuelve el éxito del mundo y en dos años, ya nadie sabe de ellos. En cambio, pasarán 20 ó 30 años más y la música de estos trovadores, seguirá escuchándose.
De los actuales, me gusta mucho el estilo de un uruguayo que radica en Madrid, Jorge Drexler; se acompaña de otros instrumentos y su música está en comerciales, en entradas para telenovelas, y ha sido premiado con un Oscar por el teme de una pelicula. Además de él, me gusta la música de David Aguilar, Miguel Inzunza, Leo Soto y Martín Buscaglia. Concluye así Ulil Antúnez, quien recientemente viajó al Festival Cervantino en Guanajuato, además de participar en numerosas ocasiones en diversos programas culturales de Radio por Internet en Iguala.