sábado, 27 de febrero de 2010

MANITÚ EN EL TEATRO DEL PUEBLO DE LA FERIA A LA BANDERA EN IGUALA DE LA INDEPENDENCIA, CUNA DE LA BANDERA NACIONAL.

ARMANDO DORANTES -ARMANDROCK- Y RICARDO CALDERÓN DE LA BANDA PERIFÉRICO SUR, EN EL STAND DEL PNL, EN LA FERIA A LA BANDERA 2010

LOS TROVADORES ULIL ANTÚNEZ Y DANIEL DELGADO EN EL KIOSCO DE LA FERIA A LA BANDERA 2010.

POESÍA A IGUALA DE LA INDEPENDENCIA (CUNA DE LA BANDERA NACIONAL)

Andrés Ortiz Pantaleón

Iguala; Dios bendiga a tu suelo
y los rayos de luz que el sol derrama,
para que viertas un torrente de glorias,
otra vez como en épocas pasadas.


Cuando por la patria los hombres peleaban
y clamaban por su libertad,
bajo el techo de un cielo sureño,
nuestra historia quiso darte un lugar.


Acogiste en tu casa a los héroes,
que de los montes venían de luchar,
y consumaron la Independencia
al firmar en tu seno la paz.


Religión, Independencia y Unión para todos,
es lo que propusieron en tu valle los guerreros,
los que llegaron a ser para México baluartes,
por su gesta estoica de aquel 24 de febrero.


Iguala, tienes un instinto materno,
porque bien supiste acunar
la primera bandera de un pueblo
y orgulloso hoy lo quiero cantar.


Mi pecho se estremece al escuchar de ti
cuando he vivido en tierra extranjera.
Y le comparto a propios y extraños
que mi ciudad le dio a mi Patria su bandera.
Que el poeta quiso grabar tu nombre
en la fiel memoria de mi ilustre pueblo
al escribirlo todo con letras de oro,
en el Himno Nacional que todos conocemos.


Templa a tus bases Iguala querida,
no claudiques ante nuevos tiempos.
Y como la fuerza que ondea a nuestra enseña;
arremete segura contra los fuertes vientos


Que no se canse tu gente de quererte
y los malos que se pierdan en un estruendo
para que no manchen tu historia que descubres
orgullosa y bella en todos tus cimientos.

*Nota del autor: Con la venia del selecto público de éste blog, me he permitido escribir el presente texto para mi querida Iguala, y perdón por llamarle Poesía a Iguala. Con el permiso de los grandes...

PIROMANIA EN EL KIOSCO DE LA FERIA DE IGUALA GUERRERO.

VOLOVÁN EN EL TEATRO DEL PUEBLO DE LA FERIA A LA BANDERA, EN IGUALA GUERRERO.

jueves, 25 de febrero de 2010

EN EL DÍA DEL DESFILE DEL 24 DE FEBRERO EN LA CUNA DE LA BANDERA NACIONAL.

Desde las 5 de la mañana ya hay sillas acomodadas en la banqueta de la avenida bandera nacional, justo frente a la radiodifusora 880 am. A ciertas cuadras de distancia, una señora de edad avanzada, se desplaza como a las 6 de la mañana, con algunos banquitos para apartar su lugar en las calles por donde pasará el desfile. Mientras en el monumento a la bandera se rinde honores al lienzo tricolor, por parte del Cren, la instalación de puestos de comida y refrescos ya ha comenzado, justo en el momento en que se iza bandera en el asta monumental y en donde el gobernador, hace acto de presencia. Cuando son apenas las 9 horas, hay mucha gente sentada en las guarniciones del monumento, iglesia y el zócalo. Algunos se programaron para disfrutar de una torta. Los vendedores ambulantes no pueden faltar en esta fecha importante para la mayoría de los igualtecos; la venta de banquitos de madera que son de buen ver, comienza desde entonces: a 40 pesos los chicos y a 85 los bancos medianos. En el kiosco, se instala un equipo de sonido y acondicionan mobiliario para un evento frente a la escultura a Catalina Pastrana. Los gritos de vendedores con las campanadas de la iglesia, los tambores de la banda de guerra en el monumento y los silbatazos de los agentes de tránsito, desviando el tráfico vehicular, se combinan para unificar un solo ambiente. Las familias siguen fluyendo al centro de la ciudad, carriolas, porta bebés, banquitos, gorras y sombrillas, son parte de la carga obligada para presenciar el desfile: ¡a 10 pesos el sombrero oiga! ¡lleve su silbato a 5 pesos!. Dos individuos atraen la atención de los menores, con una pequeña calaca que, según ellos, baila con tan solo aventarla al piso. Uno de los tipos le da órdenes al muñequito, y éste parece obedecer y hace lo que le indican, baila, se tira al piso y salta. Los curiosos, entre ellos adultos, tratan de ver de qué forma le dan movimiento a este calaverita. Con el rostro de admiración, algunos incautos compran la mercancía; a 6 la pieza y 2 por 10 pesos. Una chica que solo se comunica en mímica con otra persona, le hace señas indicando que no es gran ciencia lo que hacen, pues tan solo amarran al muñequito con un hilo y listo; pero no hay hilo le responde su acompañante. Así que comienzan a buscar, como todos los presentes, cómo es que se manipula el juego. El señor que dirige la farsa, pasa su mano arriba, abajo y a los lados de la calaverita, para demostrar que no es chueco el asunto. Sin embargo, a un lado de él, está su compañero con una sudadera que pende de su cintura y en la que tiene su brazo dentro de una manga, y ocultamente, con su mano sostiene un hilo que no se percibe con claridad, y es con el que le da movimiento al muñeco. ¡Además le pega un chicle a los pies de la calaquita! -grita un adolescente- La mayoría del público no logra identificar el hilo y continúan buscando arriba, entre los árboles, para ver si hay algún titiritero cómplice, que ejecute su trabajo desde las alturas.
La comitiva que acompaña a Raúl Tovar, entre ellos, Héctor Vicario, Ignacio Ocampo, Silvia Romero, Cesáreo Celestino y autoridades militares, se encaminan al monumento para efectuar la guardia de honor, cuando son las 10 con 10 minutos. En tanto se realizan los honores correspondientes frente a la bandera; se escucha el sonido del kiosco en donde invitan a cooperar con la cruz roja, comprando tortas de jamón y frijoles. Un contingente que acompaña a Bernardo Cayetano, entra a la explanada dirigiéndose al ayuntamiento y denuncia con cartulinas la agresión sufrida por parte de los comuneros de Tonalapa del Río y del actor intelectual Evencio Romero, Julio Escalera camina en el puntero en dirección al ayuntamiento, a donde le siguen los vecinos que dicen ser de la colonia Ernesto Che Guevara, pero que se advierte la presencia de colonos de otros asentamientos, que cantan “a mí me gusta andar de pelo suelto”. Decenas de ejidatarios de la comunidad de Tonalapa del Río, harían lo propio durante el desfile, demandando la libertad de sus paisanos. Apenas acaban de abandonar bandera nacional los manifestantes de la Che Guevara, un señor de la tercera edad, solicita permiso para cruzar la calle con su carrito de raspados: algunos elementos del ayuntamiento se oponen y otros balbucean, al final, lo encaminan hacia el otro lado de la calle y de prisa, porque la comitiva de los tres niveles de gobierno, ha salido del monumento con rumbo a las tribunas en donde se encuentra ya, la comuna municipal, y nadie puede estar en medio de la calle ni siquiera los comunicadores, pues para eso se les ha asignado un lugar en la tribuna de la derecha. Al fin con los debidos honores, da inicio el desfile que luce en su esplendor con el impactante contingente de la Armada de México e Infantería de Marina; el público menciona que los vehículos que ven desfilar, no son de Iguala, pues no, -responde alguien-, son de la marina, aquí no hay mar, apenas si llegamos a laguna, toda intoxicada pero ahí está… Una señorita que desfila representando a una escuela de la avenida del estudiante, llama la atención porque uno de sus zapatos lleva doblado el tacón, aparentando que podría caerse de un momento a otro, o al menos eso es lo que dicen dos señoras que están a mi lado. Cuando toca el turno a los charros que son los que sí saludan de mano a los representantes de gobierno, una señora grita, ¡son los de la guelaguetza!. Al final algunos esperaban ver más contingentes escolares en el desfile, resaltando que los militares se llevaron la gloria, con todo y vehículos que les quedaba reducido el espacio en las esquinas para dar vuelta. Cuando termina el evento, en el kiosco se improvisa una disco con un sonido local; ahí mismo, en diferente horario, también se disfrutó de la filarmónica de Chilpancingo. Por la tarde, el Vasco se encarga de los honores a la bandera en el monumento y lo demás transcurrió en la feria, pero esa fue otra historia.


* Publicado en el Diario de Iguala.

UN DÍA EN LA FERIA A LA BANDERA DE IGUALA GUERRERO.

Para propios y foráneos, la feria es una caja de sorpresas que no deja de emocionar a quien la visita. En los días de clase, a temprana hora arriban a sus instalaciones pequeños de preescolar y primaria, acompañados de sus maestros y madres de familia. Llegan en autobúses provenientes de comunidades de Iguala y de otros municipios de la región. El itinerario inicia regularmente en el teatro del pueblo, en donde se congregan y aprovechan algunos para desayunar, mientras presencian el ensayo de instituciones que esa noche ofrecerán un número artístico. Posteriormente se trasladan al circo y de ahí al delfinario, para disfrutar del acto de los clavadistas, así como del show de los delfines. Las inclemencias del tiempo no perdonan y es entonces cuando los vendedores ambulantes hacen su agosto en pleno febrero, miniaturas de sombrillas se ofrecen desde 30 pesos, sin faltar la venta de agua y refresco. En tanto la persona que dirige el show, da los pormenores de los clavados; la gente sigue introduciéndose para ocupar un lugar en las gradas, que a primera vista pareciera que no es suficiente el espacio para toda la gente.
Una chica da instrucciones por todos lados, con ayuda de un altavoz; a veces da la impresión como si el sol le quemara mucho y tuviera ya, un grado de fastidio, porque los visitantes no acogen con facilidad sus recomendaciones. Para ahorrarme algunas monedas, solicito permiso para entrar y tomar fotos para el periódico; la titular de éste equipo de trabajo matutino, me deja entrar pero con la condición de que solo tome fotos y me vaya –al estilo Fox- Finalmente, tomo algunas imágenes y me dirijo al serpentario, coincidiendo con un grupo de la primaria Fray Bartolomé de las Casas de la comunidad de Chontalcoatlán de Tetipac. En dicho espacio conocemos en vivo y a todo color, a los animales que normalmente solo vemos en la TV, como el varano de garganta blanca, la pitón, los dragones barbudos, mamba negra, anaconda, tortugas, entre otras. Los pequeños, sorprendidos –al igual que yo- admiran el momento en que una pitón se almuerza a un conejito. Al término de mi recorrido entre estos animalitos de la creación, me encamino al stand del PNL –Programa Nacional de Lectura-, cuando es justo el medio día; ahí se encuentra el escritor, poeta y profesor, oriundo de Tixtla, Servando Basilio Rodríguez, conocido como el perro callejero, quien es autor de varios libros y que en diversas ocasiones ha visitado Nueva York representando la cultura de nuestro estado. Tan solo hay unas 20 personas atendiendo a su oratoria.
Por la noche en el teatro del pueblo, mientras los artistas estelares salen al escenario, los conductores organizan concursos que los asistentes aplauden; después de premiar con chocolates a una pareja que bailó. Dos señores de entre el público, piden que los dejen subir al templete para participar. Uno de ellos dice un verso romántico que el respetable ovaciona, el segundo señor anuncia que dirá una bonita recitación, y se suelta con algunos párrafos de una poesía a los héroes de la Independencia; muchos de los presentes lo abuchean y el participante cambia su poesía por otra en las que dice palabras altisonantes, de modo que el conductor interviene y al fin les entrega un regalo de consolación. Cuando el artista esperado sale a escena, las chicas quinceañeras comienzan a gritar: ¡Reik! ¡te amoooo!, cada vez que el vocalista se aproxima al público, que ocupa los primeros lugares, el griterío no se hace esperar y muchos brazos y manos en espera de ser tocadas por el artista, deben aguardar para ver si corren con más suerte.
De ahí, decido visitar el kiosco, lugar en donde se presenta la banda de rock Piromanía, que canta covers en inglés de los Beatles y Queen, así como rock en español, entre los presentes hay en su mayoría, integrantes de otras bandas que les toca participar ahí mismo.
Cuando recorro los pasillos de la feria, surge en mí varias interrogantes: de dónde vendrán los visitantes, cuál será el máximo de vueltas a la feria, que da cada persona que solo le gusta caminar y ver, sin detenerse en algún lugar específico; entre estas indagaciones, llego nuevamente al stand del PNL para escuchar las canciones de Armando Dorantes, Armanrock. En el momento en que entro al stand, el rockero habla de que hace 200 años, un chingo de cabrones se partieron la madre para darnos libertad, y de que hace 100 años, también un puñado de chingones, se agarraron a madrazos y armaron la revolución; y pregunta: ¿nosotros qué vamos a hacer? ¿Solo ver jotos en el faraón? No, se responde así mismo, hay que hacer nuestra parte, no vamos a armar una revolución, hay que armar una evolución. Acompañado con la guitarra del rockero Ricardo Calderón de la banda Periférico Sur, entona melodías de los tiempos de la revolución, en la que destaca el sonido de la armónica.
Al fin, antes de retirarme, visito las instalaciones del restaurante el Tehuehue, en donde se ofrecen programas culturales y muestras gastronómicas del representativo en turno. No se advierte que la gente se queje, a pesar de los inconvenientes como el acceso a las instalaciones de nuestra feria; porque después de todo, la feria es la fiesta del pueblo.


* Publicado en Redes del Sur.