domingo, 21 de marzo de 2010

HISTORIA DE UN FUNCIONARIO DEL AYUNTAMIENTO DE IGUALA. ADMINISTRACIÓN ACTUAL AÑO 2010.

Cuando cursaba la escuela secundaria, había un compañero en mi grupo, que brillaba por su atrasado nivel académico. Sin faltarle el respeto a los burros, este chico rebotaba de burro. Digo; no era más burro nomás por falta de vitaminas. Recuerdo, que acostumbraba a ir a su casa, junto con otros de mis compañeros, para darles clases de flauta.
El problema surgía cuando presentábamos el examen de música, puesto que la mayoría de los compañeros que asistían a esa clase en casa del júnior, -a quien he decidio llamar así en esta historia- se aprendían la misma melodía " sol la si re do do mi re re sol fa sol re si sol la si" jaja es que después de 22 años, no se me olvidan esas notas que tanto le repetí a júnior, porque además de que es muy probable que yo no fuera tan bueno para enseñar -aunque de eso me queda la sospecha, porque los otros aprendieron más rápido que él- Pues bien, el profesor, quien no veía 10 cm después de su frente -de verdad, no veía, ya saben en que secundaria estudié, ahí está en mi perfil, recuerdo su apellido "Granados", conste que del profe no hablo mal- se molestaba y decía: ¡basta! nadie más me toca Jesús Alegría... jajaja, -por cierto, desde este espacio, le recuerdo a Júnior, que así se llama la hermosa melodía de Bach, que tanto trabajo le costó aprenderse en flauta- y les daba otra oportunidad el maestro para el día siguiente, yo, por enseñarles a Junior y a los demás, no tenía tiempo de ensayar, pero afortunadamente podía tocarle la que me pidiera, con las exigencias de la clase, le leía el pentagrama adecuadamente. El problema era para Júnior y todos los que eran del número de lista 16 al 46, porque los primeros tuvieron suerte y se las dieron por buena -Claro, todos los que iban a la casa de Júnior-.
Bueno, lo que si le gustaba a este muchacho, era el juego de la botella, porque finalmente le daba sus besitos a las más atrevidas de entonces -1988 no es lo mismo que 2010. las chicas de 14 y 15 años de hoy, en ese entonces todavía no nacían-
Ya en el CBTis 56, para no extenderme tanto, porque debo escribir otras cosas; sucedió que en las vacaciones de verano de 1991, un mes y medio después del eclipse, mientras me encontraba en la colonia Zapata ayudándole a mi papá en un trabajo de construcción, llegó hasta ahí, uno de mis compañeros para pedirme un favor especial: deseaba que le ayudara a presentar un examen extraordinario de Inglés. Le dije que eso era muy arriesgado, porque si nuestra maestra de nombre Cira y de apellido Munive, se daba cuenta, me podía sancionar; entonces él chico me dijo que me daría 50 pesos. Accedí -la necesidad era grande mis amigos- entré a mi casa a cambiarme y me dirigí al CBTis con mi compañero. Al llegar al plantel, varios de mis compañeros corearon mi sobre nombre al verme; querían proponerme lo mismo. Recibí varias ofertas, pero la que me convenció más fue la de Júnior, el chico de la secundaria, que tanto trabajo le costó aprenderse la melodía de Jesús alegría para el examen. Me dió 50 pesos y se quitó el reloj que llevaba puesto, para regalármelo. Así que la necesidad me obligó a quedarle mal al compañero que fue por mí a la casa, pero le dije, "siéntate cerca de mí para que puedas copiarme".
De modo que a nombre de otra persona, entré al aula y presenté el examen extraordinario de un actual funcionario del Ayuntamiento Municipal de Iguala de la Independencia, cuando cursaba el CBTis. Estoy casi seguro, que mi cuate Júnior no recibió documentos en el día de la clausura del CBTis. Porque es lo que sucedió con varios de mis compañeros que eran como él.
Hoy me inquieta la cuestión de cómo le hizo para recibirse de profesionista.
Lo del puesto, pues es por palancas, ya se sabe. Aunque les adelanto algo, el puesto que tiene, no es cualquier cosa; es responsable principal de una de las áreas más importantes del Honorable Ayuntamiento.
Yo -su servidor- estuve en el cuadro de honor en la secundaria y en el CBTis, y le presenté hasta un examen extraordinario al Júnior, y solo voy al Ayuntamiento, para efectuar trámites comunes de un ciudadano.

Quise hacer público, porque por necesidad acepté un soborno o cómo se le llame, me estoy confesando vaya, no estoy poniendo en mal a Júnior, es como una limpia de conciencia, porque en cierto modo, me averguenza. ¡Estos políticos! ignoro de qué están hechos, no tienen tantita verguenza.
Ah, también aprovecho para decirle a Junior, que si en muchas ocasiones le ayudé en el pasado -porque fueron más ocasiones- hoy quizá, pudiera darle una asesoría, a cambio de 50 pesos y un reloj, jajajaja. Su papá es asesor, ¿yo porqué no?...


*No se pierda las próximas publicaciones en este blog, hablaré de otros funcionarios municipales, con quienes conviví en la escuela. "Hasta hay homicidas" jajaja ¡Así los premian!
¿TIENES EL VALOR O TE VALE?

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