miércoles, 12 de mayo de 2010

DECLARACIÓN DE AMOR

Cuando Samuel cursaba el bachillerato, coincidía frecuentemente con Cinthia, una chica que estudiaba en otro colegio pero que asistía a la misma escuela de artes marciales que él. Al terminar la clase, solían caminar mientras platicaban y se divertían un poco. Ocasionalmente la llevaba a su casa y en fechas especiales había intercambiado regalos con ella, entre otras circunstancias similares. Cierto día se celebró un torneo abierto en el que participaría Samuel; al chico no le sorprendió descubrir en el auditorio la presencia de su amiga. El espacio de competencias estaba clasificado en distintas áreas, considerando las categorías, grado y edad de los participantes. Cinthia estaba frente al área de participación de su compañero y amigo. Al final; Samuel se hizo merecedor de dos trofeos; cuando se los entregaron, los levantó y sonriendo saludó a la chica. En cuanto le fue posible se dirigió hacia ella y estrechó su mano. Cinthia lo felicitó dándole un cálido abrazo y posteriormente se despidieron, pues él estaba a cargo del equipo del club y ella tenía que marcharse pues debía asistir a un compromiso familiar.Al dirigirse a los vestidores, Samuel recordaba una conversación sostenida con uno de sus profesores:

-¿Cómo me doy cuenta si una chica me considera para iniciar un noviazgo?
- Pregúntaselo Samuel -respondió el maestro-
-Ese es el punto; me refiero a saber valorar en dónde pierdo y en dónde gano con una chica, pero sin preguntárselo.
-Lo que puedo sugerirte es que entre las personas deberás aprender a identificar el envío de señales.
-¿Señales? ¿Así de simple es el asunto?
-No dije que fuera simple, hay que saber enviarlas y también interpretarlas.
-¿Por ejemplo?
-¿Deseas qué te envíe una señal? -bromeó-
-No gracias, deseo que me lo expliques.
-Eso te lo dejo de tarea.
-¿Es todo lo que sabes hacer, dejar tareas?
-Tienes que poner de tu parte, solo recuerda "señales"
-¿Así que señales? -se dijo el chico en el interior de los vestidores-

Sin embargo, no quería mal interpretar las atenciones de Cinthia, aún cuando sentía enorme satisfacción por la amistad encontrada en su persona. De manera que a ella si le confiaría sus sentimientos, solo esperaría el momento más oportuno para hacerlo.
Y sucedió que un domingo por la noche, al encontrarse en el centro de la ciudad, en compañía de sus amigos; Samuel coincidió con Cinthia... era el 14 de febrero. Sus amigos se limitaron a saludarla a lo lejos, pues ya habían sido presentados anteriormente; pero nuestro protagonista tomó una decisión.

-Los alcanzo en el video bar -dijo al despedirse de sus amigos-
-Cuídate -respondieron los chicos e interceptó a su amiga.
-¡Hola Cinthia!
-¡Hola Samuel! ¿No estabas con tus amigos?
-Si, pero prefiero estar contigo -pensó-
-Quise saludarte, ¿Cómo estás?
-Bien gracias, ¿Y tú?
-Estoy bien, ¿Vas a una cita?
-No, estaba con mi hermana pero se fue con su novio a la disco. Voy a mi casa.
-¿Puedo acompañarte?
-¡Sami! Eso no necesitas preguntarlo, ¡Claro que puedes acompañarme!

Tenía razón; el chico la había acompañado en infinidad de veces y tenían mayor acercamiento cada día.

-Como tú no eres quien se va a declarar ésta noche; por eso puedes estar tan tranquila -pensó el joven estudiante-

La casa de Cinthia se localizaba a sólo dos cuadras, no era tiempo suficiente; al chico le resultaba indispensable propiciar el ambiente adecuado, pero dadas las condiciones, mientras él animaba el ambiente, ella se despediría, entraría a la casa, y Samuel se quedaría con la pregunta en la boca. Definitivamente, tenían que hacer una escala.

-Te invito un helado -propuso-
-Mejor una limonada
-Una limonada será entonces

Efectuaron un alto en la fuente de bebidas más próxima y platicaban de todo, menos de lo que a Samuel le interesaba aquella noche. De pronto le pareció que escuchaba a Hugo, el animador de su banda del barrio donde vivía: ¡Como va Sami!

De acuerdo -se resolvió nuestro amigo-
-Cinthia... ¿Existe una oportunidad para que tú y yo seamos novios?
-¿Ahora qué estás tramando niño?
-Tómalo en serio por favor -continúo calmado-
-estoy preguntando si quieres ser mi novia
-¡Samuel! ¡Me sorprendes!
-Eso creí
-¿Tengo que contestarte ahora? -dijo la chica realmente sorprendida-
-No necesariamente, puedes decírmelo mañana a primera hora

La chica sonrió y se turbó por un momento.

-Necesito pensarlo -contestó al fin- debo hacer mi lista de condiciones
-¿Me harás sufrir entonces?
-No Samuel -argumentó más resueltamente
- Tú no mereces que te haga sufrir. Sabes, en otras circunstancias me hubiera gustado ser tu novia, eres muy noble y me agrada estar contigo.

Para ese entonces, Samuel no se sentía complacido por las palabras de la chica, en contraste; comenzaron a desanimarle. No lo demostró y continúo escuchando.

-Ahora tengo muchos problemas en la escuela, tú sabes; es el último semestre. No quiero tener una relación en este momento para no descuidar mis estudios.
-Yo te ayudo a estudiar -quiso decir Samuel pero insistió de otro modo; si el problema era el estudio, había remedio.
-Nos veríamos cuando tú pudieras -dijo-

De hecho se veían con frecuencia, sólo faltaba que Cinthia diera el sí...

-No Sami, no tiene caso. No quiero quitarte el tiempo
-Pero si no me lo quitarías, yo estoy dispuesto a compartirlo contigo -pensó Samuel-

Se contuvo; no iba a presionarla. Le pareció de mala educación insistir otra vez. No obstante, entre Cinthia y él, existía la confianza suficiente para dejar en claro todo lo concerniente a su frustrada declaración de amor.

-Así es que de no ser por tus estudios, cabía la posibilidad de que aceptaras ser mi novia -imaginó preguntar-
-De cualquier manera -articuló Samuel- quiero que sepas que tengo un profundo afecto hacia ti y agradezco tu amistad. Soy respetuoso de tu decisión.
-Gracias Samuel, perdóname por no corresponderte por ahora. Estoy segura que habrá muchas niñas, que valorarán y por mucho tu propuesta.
-Puede ser -respondió- de hecho no me he fijado-Y aunque así fuera, por ahora quién me gusta eres tú -dijo para sus adentros el chico-
-¿Seguimos siendo amigos? -preguntó Sami para salir de aquel ambiente tan gris-
-Amigos como siempre -respondió sonriendo la chica, mientras depositaba su mano sobre la mano de Samuel-

El chico tomó la mano de Cinthia por un instante y terminó con su consolador gesto. Era momento de retirarse; así que pagó y se dirigió con la señorita a otro establecimiento, en donde vendían curiosidades y detalles alusivos al día de los enamorados; escogió una rosa artificial y se la entregó a su amada amiga.

-Para ti Cinthia, feliz día de la amistad
-Gracias, ¡que lindo!

Continuaron su camino, mientras en la mente de él surgían muchas interrogantes.

-¿Amigos como siempre? -pensaba- ¡no es cierto! nada será igual...
-Creo que las cosas cambiarán entre nosotros Cinthia -comentó Samuel para romper el hielo- incluso, creo que ya no asistiré al club con la misma frecuencia.
- Samuel, eres muy dedicado a eso, en todo caso, seré yo quien posiblemente deje de asistir al club, pues como te dije, tengo que nivelarme en algunas materias.

Los chicos guardaron silencio, al tiempo que avanzaban a la casa de Cinthia.

-De cualquier manera -comentó Samuel- ya vamos a egresar de la prepa y tomaremos rumbos diferentes.
-Tal vez así sea, mientras tanto, pensándolo mejor; te propongo que los dos continuemos entrenando. Hay que intentarlo así y veremos que pasa, ¿te parece?

El chico quiso decir ¿porqué no intentamos ser novios?

-Veremos que pasa entonces -se limitó a contestar-

Llegaron a la casa de Cinthia y se despidieron; era la primera vez que Samuel se le declaraba a una chica.

-Empecé mal -se decía el chico para sus adentros, mientras se dirigía al video bar con sus amigos.

-¿Qué tomas Sami? -dijo Sergio uno de sus amigos, ya en el interior del exclusivo bar-
-Dos limonadas con agua mineral, como siempre -exclamó Alonso-
-No, ya tuve suficiente con las limonadas -repuso Samuel- por hoy tomaré una cerveza.

En los próximos minutos, Samuel contempló ciertos elementos clave que referían de nueva cuenta su emotiva experiencia con Cinthia.

-¿Así que envío de señales?, ¡vaya filosofía barata con la que navega mi profesor -sonrió al pensar frente a sus amigos-

Ciertamente; no culpaba al mentor por su infortunio ante Cinthia, pues no era ningún ingenuo para cimentar en su enseñanza todas sus esperanzas. La cuestión era, que después de digerir la negativa de su amiga, trabajaría en un escudo protector y en un plan de contraataque que su naturaleza dictaba. Y al considerar el "envío de señales" se regalaba un pequeño adelanto para tomar el asunto con buen humor. Al día siguiente vería a la chica, y no se permitiría presentarse ante ella como un derrotado; así que formularía una nueva táctica, en la cual invertiría su mayor esfuerzo. De manera que en los próximos tres meses de convivencia en el club; Cinthia no identificara el mínimo signo de decepción en él.No pretendía convencerla de que había cometido un error al rechazarlo; sólo deseaba continuar su caminar con una postura digna. Respetaba mucho a su amiga, pero también debía ocuparse de su propia integridad.Seis semanas después, Samuel se enteró que su amiga iniciaba un noviazgo.-¡Vaya! -se dijo- Cinthia mejoró sus calificaciones; o tal vez el otro chico fue más insistente que yo.La vida siguió su curso y pronto concluyó el ciclo escolar. Samuel y Cinthia ya no volverían a coincidir ni pudieron ser los mismos amigos que fueron antes de la declaración de amor. Cinthia llegó a ser un impulso e inspiración en la vida de Samuel y comenzaron a suceder cosas favorables en su entorno. Todo depende de "cómo" te lo tomes...

( F I N )

* Autor del texto: Andrés Ortiz Pantaleón

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