Algunos taxistas suelen ser muy platicones; sobre todo cuando andan con unas cervezas adentro. En cierta ocasión un taxista me comentó que acababa de dejar en su casa a un profesor de Tae Kwon Do que tiene su escuela en la calle de Aldama, planta alta, y que el maestro artemarcialista iba hasta las chanclas de tomado. Me contrató para que lo llevara a Tuxpan y luego me invitó a chupar -dijo el chofer- después llegaron algunas de sus alumnas que iban de una prepa y también se echaron sus cheves. Cuando se le acabó el dinero al profe, me dijo que lo acompañara a casa de tres de sus alumnos para que le cobrara la colegiatura a sus padres y tener dinero para seguir la parranda....jajajaja. se carcajeaba el taxista.
-Chale -decía el genio del volante- y hubieras de oir los discursos que les avienta a sus alumnos, les habla de humildad, de valores y todo eso.
Solo atiné a reirme, pensando en que quizá ya había ubicado al maestro de la historia que me platicaba el del taxi e imaginaba cómo se vería con sus ojitos de borrachito... jijiji
* Autor del texto: Andrés Ortiz Pantaleón
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